lunes, 25 de enero de 2016

La estrella de mar

Cada atardecer, un muchacho recorría la playa arrojando al agua las estrellas de mar dejadas en la arena por la marea baja. Sabía que al día siguiente, con los primeros rayos de sol, morirían inexorablemente. Un anciano pescador que vivía a pocos metros de la playa contemplaba al muchacho día tras día cumplir con la tarea de devolver las estrellas al mar. Una tarde decidió hablarle. No entiendo por qué gastas tus energías en esta tarea inútil. Hay kilómetros y kilómetros de playa donde todos los días las estrellas de mar agonizan y mueren. Tu esfuerzo no marcará ninguna diferencia. El muchacho lo miró a los ojos, recogió una estrella, la arrojó al agua y dijo: ¿No cree que para esta estrella sí habré marcado la diferencia?

Extraído de El laboratorio del alma de Stella Maris Maruso

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